lunes, 13 de abril de 2015

El Cocodrilo de Nakum


Después de caminar 16 kilómetros en la selva, saliendo de Yaxhá, llegamos al campamento de Nakum. Estábamos descansando cuando en la conversación, Joel, el arriero, mencionó que en el Río Holmul, a unos 300 metros del campamento había visto un cocodrilo en un viaje anterior a Nakum. Curiosamente, para llegar al campamento pasamos por ahí. Él dijo que para ver el cocodrilo era necesario salirse del camino y seguir la orilla del río unos 150 a 200 metros y probablemente ahí lo encontraría por la hora, que eran cerca de las cuatro de la tarde.

Empecé a preparar la cámara y llené un bote de agua para llevar en la mochila e ir en busca del cocodrilo, pues era una oportunidad que no podía desperdiciar a pesar del cansancio por la larga caminata para llegar hasta Nakum.

No tenía idea del tamaño del cocodrilo, pues no le pregunté ese detalle a Joel. El río estaba bastante seco por lo que su ancho no era más de 10 metros. Me desvié del camino y empecé a bordear el río, cuya orilla no estaba libre de vegetación, sino que era como un guamilar, sólo que en la parte de abajo había espacio por donde pasar. Iba muy cuidadoso viendo donde colocaba los pies, entre las hojas y los troncos podridos, pues me preocupaba pararme en una serpiente y no sabía si me toparía repentinamente con el cocodrilo entre la vegetación, quizás lo viera ya cuando lo tuviera muy cerca. Por prudencia no iba en la pura orilla del río, sino a unos 3 metros del borde.

El cocodrilo que esperaba encontrar y así fue, era el Cocodrilo de Pantano o Cocodrilo de Morelet, que normalmente alcanza los 3 metros de longitud, aunque según parece ha sido reportado un especímen de 4.3 metros. Esta especie habita Petén, Belice, Yucatán y parte del Golfo de México. Una vez tuve la oportunidad de fotografiar uno de lejos, en el Lago Petén Itzá, lo cual fue una gran alegría, saber que todavía habían en el Lago. A pesar de esta experiencia previa, ir en busca del Cocodrilo de Nakum era una experiencia nueva, pues me adentraba en el lugar donde cazaba y se asoleaba, un entorno al que yo no estaba acostumbrado.

Seguí avanzando cuidadosamente entre la maraña de ramas y lianas a la orilla del río y de pronto estaba ahí, a unos 4 o 5 metros; me detuve un momento; revisé con la vista los alrededores antes de tomar la foto, pues mientras estuviera mirando a través del visor de la cámara no estaría prestando atención a los alrededores ni cualquier peligro que estuviera cerca como otro cocodrilo o una serpiente. No vi nada, así que empecé a buscar la foto, pues unas ramas se interponían entre el cocodrilo y yo, procuré moverme lentamente para no asustarlo, hasta lograr la toma que quería. El cocodrilo de Nakum no era muy grande, calculo que alrededor de metro y medio, aún así, era una animal magnífico y tenerlo tan cerca hizo subir la adrenalina, pues hay una gran diferencia entre ver un cocodrilo en un zoológico a verlo libre estando tú en su entorno.

Para cazar, los cocodrilos se acercan sorpresivamente a sus presas y con un movimiento rápido las capturan arrastrándolas hacia el agua donde las ahogan, por eso yo caminaba a unos 3 metros del agua antes de topármelo. Para un cocodrilo de ese tamaño, sabía que un humano adulto no estaba dentro del rango de sus presas; como sí lo estarían un perro o un niño pequeño, pero con un humano adulto no se atrevería. Algo que comprobé momentos después, cuando se lanzó rápidamente al Río Holmul.

En la naturaleza, el que huye es el que tiene miedo, conducta normal de los animales cuando se encuentran con un humano, aunque debido a las películas de Hollywood, la gente se muere del miedo aún viendo que el animal está huyendo de ellos. Así que al ver que el cocodrilo se alejaba lentamente de mí, supe que me temía, por suerte yo era fotógrafo no cazador.

Avancé hacia el pequeño claro donde se estaba asoleando momentos antes y vi las marcas de sus garras en el lodo cuando se lanzó al río. Decidí seguirle por unos 50 metros a lo largo del río y más adelante le hice otras tomas nadando. Pero bueno, era hora de regresar al campamento, mis amigos y la cena esperaban...

Fue una gran experiencia fotografiar al Cocodrilo de Nakum, muy emocionante tener cerca a un animal tan magnífico estando en su entorno.


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