sábado, 15 de septiembre de 2012

Un avión de cartón

El domingo vi a un niño jugando con un avión de cartón, lo sostenía en el aire con su mano derecha y levantaba y bajaba el brazo para simular un viaje ondulante, mientras él caminaba para simular el avance del avión. Cuando lo vi, me reí, aquello era muy gracioso de ver, pues la “lógica” me decía que aquella hélice no tenía un motor que la moviera y por eso no levantaría ni un milímetro del suelo. Pero, por suerte, soy un experimentador, así que me dirigí al niño y le pedí que me lo prestara, algo que hizo con gusto, incluso me dio clases sobre cómo usar su avión. Tomé el avión e hice lo mismo que el niño. A los adultos que estaban cerca les causó gracia verme hacer esos movimientos, pero el niño me miraba con atención mientras me seguía pues yo caminaba para simular el avance del avión; él no se rió, creo que era el único que entendía lo que pasaba ¿Y qué estaba pasando? Bueno, su avión estaba volando más alto que nunca, aunque los adultos solo miraban mis movimientos. 

Al final lo entendí, el avión sí que volaba y tenía un motor súper potente; por poco y se me escapa de la mano :D, pero toda aquella potencia vivía en la imaginación del niño y ahora en la mía. 

¡Que maravilloso fue volar ese avión!, desde allá arriba vi muchas de las casas de mis amigos, ¡Ah, y el lago azul!, también vi los cerros cubiertos de vegetación, volé sobre la selva del Petén, ese océano verde repleto de vida... :)

Una gran imaginación es el secreto para una gran creatividad, para la genialidad. Regálenle a sus hijos juguetes que disparen su imaginación. Un juguete caro no siempre es un buen juguete, muchos de ellos no están a la altura de una gran caja de cartón :D

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