Producir belleza es la habilidad del artista, pero, por principio, esa belleza debe residir primero dentro del artista para luego ser exteriorizada. Por lo que si un día quieres crear algo bello, primero, debes sentirte bien, mejor si te sientes libre, en paz y feliz, entonces la belleza inundará tu ser y te será fácil verla a tu alrededor y por ello podrás saber si la obra de tus manos es bella o no.
La técnica y la habilidad vienen después, a base de estudio y práctica. Entre más practiques y mejor entiendas como las cosas funcionan, más se acercará la obra de tus manos a la obra que imaginaste.
En resumen, todo empieza con vivir la belleza, para luego materializarla y así surge el arte.
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